viernes, 23 de noviembre de 2012

Ellos que llegaron a llamarme fría, ignorantes de que hielo también quema.

Llegó a saturarme la idea de haber visto morir al amor tantas veces. Lo bonito del principio, la intensidad casi absurda de cada minuto cuando nada tiene cimientos y cualquiera de los dos podría huir al siguiente momento. Me llenaron o, mejor dicho, me dejé llenar los oídos de te quieros, cambié de compañía a cada cambio de sábanas, zapatos rojos para besos de sábado, con el único resultado de lágrimas negras. Cuántas veces empecé de cero, cuántos nombres taché de la lista, borrón tras borrón, las pocas iniciales que recuerdo... Nunca he estado sola, entre historias nunca han pasado las semanas necesarias para reconstruir lo deshecho, y así ha ido todo. Rezaba por sentir aunque fuera angustia, pero sentirme viva. Notar que me hervía la sangre, que no sólo respiraba, que viviría cosas que mereciera la pena escribir como cartas al yo futuro. Y escribí. Compulsivamente. Cada detalle, cada palabra barata que me calaba hasta los huesos, cada frase después de un polvo. Podría hacer una colección, escribir un libro, una enciclopedia de cínicos. No puedo culpar a nadie, la primera equivocada soy yo. Yo, que siempre me he guiado por impulsos. Ellos, que llegaron a llamarme fría ignorantes de que el hielo también quema. Mañanas de persianas bajadas tras noches de fiesta que se eternizaban, que se nos iban de las manos. Coches, camas, bares, terrazas, encimeras, pisos...
Y empiezo a creer que no, que no he visto morir al amor tantas veces. Porque quizá no lo vi nacer, me obligué a creer, me forcé a sentir. No siempre.
Y ahora está él, al mismo nivel de batallas que esta cabeza rubia.
Él, ojos azules y sonrisa de loco, lector de propaganda, paciente en mi portal, cantante entre luces y humo de colores, músico sin instrumentos, buscador de tesoros, explorador de mis recovecos, actor porno, vividor de lo surrealista, máquina expendedora de carcajadas las 24 horas, bufanda y cinturón si me rodean sus brazos, domador de leona, freno de mis tacones cuando llevo más alcohol que sangre en las venas, campeón de billares, ajedrez, abrazos y provocaciones. Susurrador experto y, por encima de todo, mi vista favorita de la ciudad.

ROXANNE



He construido una biblioteca, Roxanne. En la salita de la izquierda, la que hace pared con el comedor, he construido una biblioteca. Tenía algo de tiempo y primero ha sido un estante y luego otro y al final he terminado por llenar todas las paredes. Si no fuera porque Frances dijo que si tapaba la ventana, me llevaría al psiquiátrico, hubiera puesto un estante también para tapar el sol. El sol desde que te fuiste quema demasiado y a mí ya no me quedan ganas de mirar lo alto que está, pero Frances se ha puesto serio con aquello y he tenido que dejar la ventana intacta.




De todas formas, él no sabe que la biblioteca no es para guardar libros. Los libros ya se guardan dentro de sí mismos, Roxanne, esto ya deberías saberlo. Necesito clasificar mis sueños. Tengo 12 estantes y necesito llenarlos de sueños.




II




El chico de los Campo me ha llamado papá. El pequeño, el de los bucles negros, ha venido por el portal corriendo y gritando papá, papá, papá. A veces aletea, ya te lo dije, que aletea como una mariposa. Venía corriendo y aleteando y yo no le he dicho que no era su padre. Le he cogido y le he llevado a casa. A Berta le gusta que le lleve al chico a casa. Siempre abre la puerta en camisón y me dice que pase y si no fuera por ti, Roxanne, ya lo hubiera hecho. Si no fuera por ti y por el sol, que desde que te fuiste quema demasiado.




III




Es fácil atrapar un sueño. Es una de esas cosas que parecen imposibles. Atrapar sueños, digo. Supongo que te imaginas alguien que va detrás de un sueño, para que no se escape. Al chico de los Campo aleteando para atrapar sueños, pero no es así. Así no se hace Roxanne, así se escapan. Los sueños son horriblemente rápidos como para ir detrás de ellos. Tengo puesto el despertador a las 5:32, todos los días suena a las 5:32. Solo para atraparlos, Roxanne, es así como se hace. Me despierto soñando, me despierto en medio de un sueño. A veces estoy simplemente en un autobús y otras a punto de salvar la tierra de un meteorito. En seguida me despierto en la cama y noto que el meteorito me va a aplastar ahí mismo. Hay que cerrar los ojos. Es fácil Roxanne, tienes que cerrar los ojos y echar fuera el sueño. Te digo que es fácil.




Antes simplemente hacía eso, echarlos fuera, pero desde que construí la biblioteca he decidido clasificarlos. Quiero guardarlos todos y luego volverlos a soñar. Por eso llevo una semana durmiendo en la salita. Ahora, cuando me despierto, en vez de echarlos fuera, los agarro, como cuando cojo al chico de los Campo, y los subo a la estantería.




IV




Hoy me he vuelto a encontrar al chico de los Campo en el portal, Roxanne. Estaba chupando una piruleta y se ha quedado mirándome. Esta vez no me ha llamado papá y yo le he cogido y le he subido a casa. Berta me ha dicho que el chico ha dejado de morderse. Por lo visto, antes se mordía los brazos o algo así y ahora solo mira.




V




Frances se está preocupando porque duermo en la salita. Dice que como siga así me va a tener que llevar al psiquiátrico y yo le he dicho que solo lo hago para no pensar en ti, que el resto de la casa hace demasiado daño. Como no le he dicho lo de los sueños, hoy ha venido con dos cajas de libros para mis estanterías. Ha traído Nabokovs y mucha literatura francesa y me ha ayudado a colocarlos. De momento tengo tres estantes ocupados de sueños y dos de libros. Ni siquiera sé lo que puede pasar si se mezclasen los dos en un mismo estante.




VI




Llevo doce días durmiendo en la salita y ya tengo la mitad de los estantes ocupados. Decidí clasificar los sueños por temas: los de animales por un lado, los de superhéroes por otro, los de muertes por otro… Los tuyos, Roxanne, van a parte. He hecho un estante solo para ti y te sorprenderá saber que está casi lleno. Llevo doce días y ya tengo casi la mitad ocupados. He pensado que tal vez debería haberlos clasificado por orden alfabético, ya sabes, los Balzac a un lado y los Perec y los Proust al otro.




VII Hoy no ha aparecido por el portal el chico de los Campo, así que he subido para preguntar que le pasaba. Berta me ha abierto vestida y me ha dicho que el chico estaba perfectamente, que incluso había dejado de aletear. Pero yo ni siquiera la he escuchado. La he visto allí, tan vestida, tan tapada, Roxanne, que he necesitado desnudarla. He pasado yo sin que me lo ofreciera y le he puesto el dedo en la boca para que no hablara. Se lo he hecho con fuerza, Roxanne, y luego me he vuelto a la salita. El sol quemaba y he empezado a tapar la ventana. Necesitaba más estantes. Necesitaba un estante para ella.




VIII




Frances me ha dado un ultimátum: o salgo de la salita o me encierra en un psiquiátrico. La ventana ya esta tapiada entera y aunque él no lo sabe, casi todos los estantes están llenos de sueños. Me trajo literatura Rusa y Polaca que he tenido que esconder debajo de la cama porque ya no entran, así que le he dicho que se la presté a la parroquia, para que los críos leyesen.




IX




Últimamente paso mucho a visitar al chico de los Campo.

Primero se lo hago a Berta y la mando callar y luego voy a verle. Él ha dejado de mirarme, ahora ni aletea, ni muerde ni nada, simplemente dice papá y luego se queda en una esquina.




X




Roxanne, esto es el fin. He llenado la salita de sueños.

Ayer saqué todos los libros de las estanterías y esta noche no he dejado de soñar. Ya ni siquiera sé clasificar mis sueños y ahora vagan a sus anchas por ahí. Esta mañana, después de hacérselo a Berta, he venido a la salita y me he encontrado con que todos los sueños se habían mezclado, que saltaban de un lado a otro, que hasta se escapaban por la puerta. El dinosaurio comiéndose a Berta y el meteorito con forma de autobús cayendo desde un ascensor. He tirado los estantes abajo, Roxanne, todos y cada uno y he abierto la ventana para que se fueran.

Pero cuando ya se estaban yendo, cuando ya desfilaban los dinosaurios y los Nabokovs y los autobuses y los meteoritos por el cielo, he visto algo al fondo. He necesitado abrir mucho los ojos, Roxanne, para ver como el chico de los Campo se iba, aleteando por la ventana. Te digo que he necesitado abrir mucho los ojos, porque no sabes, ni siquiera puedes imaginar, como quema el sol desde que te fuiste.




Nota: Carta ganadora de la XI Edición del certamen de cartas de amor Antonio Villalba, organizado por la Escuela de Escritores.

PEQUEÑOS PEDAZOS DE MI VIDA.

Me gusta cantar cuando nadie me escucha con la intención de que alguien algún día lo haga. Me gusta que me acaricien el pelo cuando estoy triste. Me gusta caminar por los bordillos con los brazos estirados simulando volar.Me gusta subir las escaleras de dos en dos y bajarlas una a una. Adoro la sonrisa de los niños y sus explicaciones de algo que no conocen. Me gustan las película románticas y odio aquellas en las que se sufre o que son de miedo. Me gustan las series que hacen reír y que muestran moda, amistad y traiciones. Creo firmemente en el karma y en la suerte. No creo en la casualidad. Me gusta la comida, cualquier tipo excepto la que amarga o la que pica. Mi comida favorita son los calamares en tinta y aunque me encanta el chocolate, no soporto ni la tarta, ni el helado de chocolate. No me gusta la coca cola, prefiero el nesstea aunque debo confesar que adoro los anuncios de coca-cola  Prefiero la mixta a la cerveza normal y el Vodka al Ron, sin dudarlo. Odio las peleas entre dos personas que quiero. Odio pensar firmemente en una idea y después ver que estaba equivocada. Odio pensar que algo acabará mal, convencerme de que estoy equivocada  y después fracasar , comprobando que estaba en lo cierto. Odio sentirme desplazada y notar que la gente habla de mi. Odio desconfiar de todo el mundo como regla general.   Me gusta volver a mi casa cada día por un camino distinto, comprobando que cada vez que repito todo sigue estando igual. Me encanta entrar a un bar y tras a ver pedido día a día la misma bebida, que el camarero sin previo aviso te mire a los ojos y me pregunte si quiero eso que pedí las anteriores veces.  Me gusta entrar a una tienda y ver como todo me gusta. Me gusta caminar mientras escucho música, Me gusta caminar bajo la lluvia solo si mi estado de animo es bueno.  Me hacen feliz los detalles mas sencillos como abrir mi reproductor darle a canciones aleatorias y que se ponga la canción en la que estaba pensando en ese momento. Mi flor favorita es el ave del paraíso aunque prefiero las rosas rojas como regalo. Adoro los zapatos de tacón y los bolsos de mano. Me gusta el pelo pelirrojo y el pelo que es extraordinariamente rizado. Me gusta la gente que se ríe mucho. Odio a la gente falsa y a todos los que son sospechosamente demasiado buenos. Odio la gente que escribe jaja cuando no se esta riendo, odio los que escriben xd. Odio los que dicen te quiero sin sentirlo. Odio a todos aquellos que creen que están enamorados tras dos días a penas. Odio a los conformistas y aquellos que viven en la mediocridad de la mentira. Odio a aquellos que cuando quieren algo no luchan por ello, que se rinde a la primera. Odio el secretismo y el misterio. Odio las mentiras aunque adoro decirlas, con ello no quiero decir que soy mentirosa. Odio que la gente me mire fijamente y adoro que me digan que me parezco a mi abuela. Me gusta el rojo, el rosa, el verde y el azul, aunque admito que en ocasiones prefiero los colores como el marrón, el gris y el negro. Me gustan los atardeceres rosados mas que los amaneceres y prefiero la noche al día. Prefiero un día de navidad a uno de verano, aunque adoro cualquier día que sea de vacaciones. Prefiero un Sábado a un viernes y prefiero un amor duradero a uno de una noche.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Daría lo que fuera por volver a verte sonreír y que fuera por mi, por verte reír con un piropo mio o un simple te quiero de mis labios.
Daría lo que fuera por despertarme cada mañana y comprobar que aún sigues ahí y quedarme dormida cada noche con la seguridad de que al día siguiente seguirás siendo mio.

TAN SENCILLO COMO ESO

Te echo de menos, eso es así  tan cierto como que aun te quiero, tan cierto como que siempre te quise, tan cierto como que siempre quise estar contigo, pero ahora? ahora sigue siendo igual? Tengo mis dudas, no puedo negarlo y sinceramente, creo que no debería tenerlas, lo nuestro se acabo, termino, falleció  se marchito con un golpe, quizá no fue como nosotros queríamos, pero así sucedió y no podemos hacer nada cambiarlo. Me gustaría realmente que todo fuera tan sencillo como saber que es lo que realmente siento, lo que realmente sientes y sinceramente que es lo que va a suceder de aquí en adelante, porque esto que estamos viviendo, es insano.