

Fui participe de cada momento a tu lado, protagonista y antagonista que cada historia vivida contigo, fui el motivo de todas tus sonrisas pero también fui esa persona a la que atribuiste, probablemente mas de la mitad de tus problemas. Fui aquella que estuvo allí en lo bueno y en lo malo, en lo divertido y lo triste, en las peleas y en cada beso, fui tantas cosas que podría escribir un libro con todas ellas. Ahora después de un otoño ligado a tantos lloros como lluvias, admito que mereció la pena saltar cuando lo propusiste, aunque también admito que todo esto me ha dejado anclada en un pasado sin salida, un domingo interminable, un túnel sin luz de final, un cielo sin estrellas, un jardín sin flores, un yo sin ti. La vida se volvió gris y mi nuevo precavido corazón marco la opción de seguridad como única opción. Me cortaste las alas sabes? cerraste la celda, conmigo dentro y me dejaste encerrada, no digo que no mereciera la primera noche en aquel horrible lugar, aunque solo fuera para aprender de mis errores que espero no volver a cometer, es simplemente que te agradecería que volvieras una tarde, la que tu quisieras, abrieras otra vez aquel horrible habitáculo y me dejaras salir, tan sencillo como si no me quieres, déjame marchar, déjame desnuda de recuerdos de todo nuestro amor, no los necesito.